El registro de los colores y colorantes utilizados en el arte y la cultura mexicana es muy amplio. La importancia histórica del arte en la tintorería en México queda patente en el alto valor económico que siempre se le otorgó a las materias primas. Los grandes señores de las sociedades prehispánicas se arrojaron para sí el uso exclusivo de determinados colores, al tiempo que acaparaban en los depósitos de sus palacios los colorantes más apreciados. Fue también en los palacios donde se dio formación a los artesanos más calificados (Roquero, 2003).
Se tiene el registro de numerosos usos de los colores en el mundo nahua (Dehouve, 2003). La Historia general de las cosas de Nueva España, conocida también como el Códice florentino, es una obra que examina la vida cotidiana, las creencias e instituciones, la naturaleza e historia de los nahuas, habitantes indígenas del centro de México en el siglo XVI (Magaloni, 2014).
El Códice florentino es una obra compleja, de increíbles alcances intelectuales y formidable belleza. Dedica un capítulo a la manera de <<hacer todos los colores>>, en este apartado se organiza la información de acuerdo con un sistema de polaridades complementarias: los colores se dividen en aquellos que se obtienen de plantas e insectos y los que se encuentran como minerales en la tierra. También existe una separación entre los colores primarios (rojo, azul, amarillo, blanco y negro) y los secundarios, que se obtienen mediante mezclas (Magaloni, 2014), entre los colores más utilizados está el rojo (nocheztli) se obtiene de la grana cochinilla. Pero no solo debemos tomar en cuenta el registro de colores usados por los pueblos prehispánicos, sino que también debemos considerar el uso de varios colorantes en las ilustraciones que forman parte del códice, pues materiales como el zacatlaxcalli (Cuscuta tinctoria Lat.) o xochipalli (Cosmos sulphureus Lat.) fueron empleados en las ilustraciones que conforman los diferentes libros del códice.
Tintes y pigmentos
Para comprender la química de la aplicación los colores es fundamental establecer las diferencias que existen entre los pigmentos y los tintes.
Si bien, los dos grupos de materiales colorantes pueden ser a menudo bastante similares químicamente, diferentes en sus propiedades y, especialmente en el modo en que son utilizados (Christie, 2001).
Los tintes y los pigmentos se diferencian por sus características de solubilidad: los tintes son solubles, mientras que los pigmentos son insolubles. El uso tradicional de los tintes es la coloración de los tejidos, usualmente, los tintes son aplicados en un medio acuoso a los materiales textiles, de modo que, generalmente requerirá que sean solubles en agua. Por el contrario, los pigmentos son materiales colorantes de los que se exige que sean completamente insolubles en el medio en el cual se hallen incorporados (Christie, 2001; Roquero, 1995).
La segunda propiedad de los tintes es la de poseer cierto grado de afinidad hacia las fibras textiles u otros soportes de constitución similar (Roquero, 1995). Las moléculas de tinte son diseñadas para ser atraídas fuertemente hacia las moléculas que constituyen la fibra textil, mientras que a las moléculas de pigmento no se les exige exhibir tal afinidad hacia su soporte (Christie, 2001). De manera general a ambos les llamamos colorantes.
Tipos de colorantes
La experiencia que tenemos del color procede de una vasta diversidad de fuentes, tanto naturales como sintéticas (Christie, 2001). En cuanto a los tipos de colorantes, la clasificación más completa es aquella que se basa en su procedencia o su fuente de origen; natural (orgánico e inorgánico) y sintético (orgánico e inorgánico) (Mora, 1996; Roquero y Martínez-Verdú, 2010).
Colorantes naturales
Se considera un colorante natural a aquella sustancia extraída de algún medio natural, sin proceso de elaboración sintético. Estos pueden ser obtenidos de plantas o partes de ellas (flores, frutos, tallos, entre otros), minerales y de algunos animales. La gran mayoría se encuentra en el mundo vegetal, y solo el carmín y el púrpura, entre los de origen americano, proceden de un insecto y un molusco marino respectivamente (Roquero, 1995; Arroyo, 2008). Desde tiempos remotos en las antiguas culturas se han utilizado colorantes naturales para el teñido de fibras. En general, las fibras que se utilizaron fueron el algodón blanco (Gossypium hirsutum L.), el algodón café, coyuchi (Gossypium microcarpum Tod.), el henequén (Agave sisalana Perrine), el ixtle, el izote o yuca y otras especies originarias de Mesoamérica (Arroyo,2008).
Además, los colorantes naturales se usaron en la preparación de colores para pintar murales, códices, el cuerpo y su indumentaria ritual. Desde finales del siglo XVI, hasta principio del siglo XIX tintes provenientes de cochinilla, añil y palo campeche se cultivaron, explotaron y exportaron en cantidades importantes, lo que constituyó una fuente de ingresos para el país. Sin embargo, por diversas circunstancias políticas, económicas y sociales, fueron reemplazados por tintes sintéticos y, en consecuencia decayó el cultivo, la exportación, y la utilización de los tintes naturales (Arroyo, 2008).
Colorantes de origen vegetal
Los colorantes están presentes en casi todas las plantas. De estos, unos son producidos directamente por la actividad fisiológica de las plantas, mientras que otros son producto de transformaciones artificiales de sustancias de procedencia vegetal.En México existe una gran cantidad de plantas que producen colorantes, pero no todas se utilizan de manera industrial, debido a que el proceso de extracción del tinte sería costoso y poco productivo (CONAFOR, 2013).
Un punto importante que recalcar es que, no existe necesariamente una correspondencia entre el color de la planta y el colorante que contiene, ni puede establecerse una relación sistemática entre familias botánicas y grupos de colorantes. Hay ejemplos como el de la familia de las Asteraceas en que prácticamente todos sus miembros contienen colorantes amarillos del grupo de los flavonoides, pero se da el caso opuesto en que tintes de un mismo grupo, como son los indigoides, añil y purpura, se encuentren el primero en una planta y el segundo en un molusco. También es varibale la distribución morfológica de la materia tintórea en la planta que la contiene, pues una misma especie, puede contener distintos pigmentos en raíz, hojas y fruto (Roquero, 1995).
Los tintes usados para colorear la ropa eran habitualmente extraídos de fuentes vegetales, incluidas plantas, árboles, raíces, semillas, frutos secos, bayas y líquenes, o bien, de fuentes animales tales como moluscos e insectos triturados. Por otro lado, los pigmentos para las pinturas eran obtenidos de minerales coloreados, tales como el ocre y la hematita, los cuales eran extraídos de la tierra, molidos a polvo fino y mezclados con algún aglutinante (Christie, 2001).
Características químicas
Las características estructurales de los colorantes determinan su comportamiento como tintes y por tanto se precisa de un procedimiento específico para cada grupo (o grupos), que en la práctica se establece del siguiente modo (Roquero, 1995).
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Colorantes directos - Grupos de colorantes de antocianinas, carotenoides, derivadas de chalcona. Son obtenidos en una solución acuosa y esta extracción se usa directamente para teñir o pintar en frío o caliente y se fija el colorido. A veces se utilizan sustancias auxiliares como ácido o sal. Ejemplos: flor de cártamo, curcuma, azafrán (Shirata, 2007).
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Mordentados - Corresponden a los colorantes: antraquinona, dihidropirano, flavonoide, naftoquinona, taninos. Este tipo de colorantes no tienen por sí mismos el poder de entintar, solo con un tratamiento especial de sales metálicas solubles que reaccionan sobre la fibra, se logra dar el color al material, apareciendo el colorido para que a su vez su fijado permanezca. Esta técnica se aplica a la mayoría de las plantas de las que se va a obtener el color amarillo (Shirata, 2007).
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Tipo de reducción - Derivado de Indol. Estas materias colorantes se encuentran en el interior de los cuerpos vegetales o animales, pero son insolubles. Para darles solubilidad, se aplica una sustancia reductora, obteniendo una solución incolora que se aplica a la fibra y después, mediante su oxidación, aparece el color (Shirata, 2007).
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Con foto oxidación de taninos - Los taninos se encuentran en una gran variedad de vegetales, pero más frecuentemente en árboles y frutos. Su composición química es muy compleja y no se puede obtener en forma sintética. Poseen un carácter ácido y fuerte poder astringente, cualidades que permiten fijarlos sobre las fibras, las cuales, una vez sumergidas en una mezcla que contenga taninos adquieren un tono tostado que, posteriormente, una vez fuera del agua, al ser expuesto al aire y la luz se torna, por foto - oxidación, más intenso y firme (Shirata, 2007; Roquero, 2003).
Tipo de molécula
El hecho de que una molécula biológica esté o no coloreada viene determinado por su estructura, y de acuerdo con sus afinidades estructurales se han clasificado los colorantes orgánicos en varios grupos. En la tintorería tradicional americana son cinco los grupos que interesan (Roquero, 1995):
Los fijadores: mordentes
La tintorería mexicana propone el uso de elementos químicos orgánicos naturales, tanto para fijar el color, como para modificarlos (Pontón, 2007). Los colorantes necesitan de un agente fijador que se llama <<mordente>>. Este es una sustancia natural o química que causa la ruptura de las cadenas moleculares de las fibras (Arroyo, 2008); de modo que las moléculas del tinte pueden incorporarse a ellas formando nuevos enlaces con carácter irreversible (Roquero, 1995).
Los mordentes, al añadirse al baño de tinte fijan, intensifican o cambian el color del tinte (Arroyo, 2008). En la calidad del teñido influye mucho la cantidad del mordente; una dosis pequeña produce falta de color, una dosis excesiva destruye el colorante (Shirata, 2007). Los mordentes pueden aplicarse de tres maneras: antes de teñir, premordentado; mordentado simultáneamente con el tinte, y al final del teñido, post mordentado (Arroyo, 2008).
El mordentado se obtiene por un proceso químico que puede ser ácido o alcalino. Este proceso se puede modificar para oscurecer o cambiar el color, añadiendo al baño de tinte, si es ácido, una sustancia alcalina; y si es alcalino, una sustancia ácida. Es importante conocer el pH de los mordentes, pues en exceso, este puede cambiar la calidad de la fibra que se tiñe, y cambia el grado de aceptación del tinte en la fibra (Arroyo, 2008). En cuanto al pH de las fibras, las de origen animal poseen funcionalmente un carácter ácido y básico, mientras que las fibras vegetales tienen un pH neutro (Roquero, 1995).